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El motivo de que la Fórmula 1 se tiñera de rosa el último
fin de semana, fue que se tomó la decisión de participar activamente en la
lucha contra el cáncer de mama, un mal que afecta a cientos de miles de hombres
y mujeres al año alrededor del mundo. Según Sean Bratches, Jefe comercial de la
F1, la máxima categoría se venía desarrollando con total concentración en las
actividades propias de las competencias resultando ser muy excluyente, por ello
se decidió incorporar un programa social a fin de retribuir al público (no sólo
a los fanáticos) algo más que sólo carreras.
En este sentido, los equipos y los auspiciadores de la
categoría se sumaron a las acciones del programa de Responsabilidad Social
Empresarial (RSE) y por ello pudimos ver vehículos y trajes de pilotos con
detalles en color rosa. Así mismo, Pirelli cambió el color de sus neumáticos
Ultra Soft de púrpura a rosa, las botellas de Champagne Carbon que se
descorcharon en el podio también fueron de color rosa, detalles en el circuito
fueron pintados de color rosa y así, el color rosa predominó en esta carrera.
Es importante mencionar que teñir de rosa la competencia no fue la única acción
realizada, durante todo el mes de Octubre la F1 donará el 2% de los ingresos
generados a la fundación Susan G. Komen, la organización de lucha contra el
cáncer más grande del mundo.
Calcular cuántas personas podrán verse beneficiadas por la
donación realizada por la F1, es algo difícil de realizar pero con un buen
seguimiento y parámetros de control adecuados, es posible obtener la cifra
exacta. Sin embargo, calcular cuántos fanáticos adicionales ganará la F1 o
calcular cuánto incrementará la fidelización de los fanáticos actuales o
calcular cuál es el retorno de inversión por cada dólar donado, es imposible de
realizar. Lamentablemente, esto último es lo que limita a las organizaciones a
realizar acciones de RSE.
En las organizaciones podemos encontrarnos con situaciones y
oportunidades para realizar acciones en beneficio de la comunidad y el entorno
en el cual desarrollamos nuestra actividad económica, sin embargo estas
acciones suelen verse anuladas cuando se formulan preguntas como “¿Qué obtiene
mi organización haciendo esto? ¿Cuánto incrementarán mis ventas? ¿Cuál es el
retorno de esta inversión?”. Debido a que estas preguntas no tienen respuestas monetarias
tangibles, la decisión organizacional suele ser invertir el dinero en la
actividad económica principal del negocio y dejar de lado las actividades de RSE.
Sin embargo, ¿Por qué hay otras organizaciones que si
realizan RSE? Para empezar, su objetivo no es un beneficio económico, al menos
no directamente. Luego, quienes dirigen estas organizaciones se ven impulsados
por su plan estratégico, sus creencias, valores organizacionales o, en el mejor
de los casos, por la razón de ser de la compañía. Por ejemplo en la F1, la
motivación que los llevó a implementar un programa de RSE es que querían
retribuir al público un poco de lo genial que es la F1 y mostrar una faceta en
la que no todo es competencia, mecánica, tecnología y velocidad. Cabe recalcar
que el apoyo a la fundación Susan G. Komen es sólo una de las diversas acciones
que la F1 ha incorporado en su programa de RSE.
La Responsabilidad Social Empresarial no se trata de
filantropía ni de realizar acciones benéficas aleatoriamente. Si bien es
imposible medir directamente el retorno económico de esta inversión, no deja de
ser una inversión. Por ello, debe desarrollarse un plan estratégico a fin de
direccionar los recursos adecuadamente, establecer indicadores y una hoja de
ruta para lograr el objetivo según lo planificado. Así mismo, se deben utilizar
los canales de comunicación adecuados para hacer público este plan, no por un
tema de publicidad o marketing, sino porque se está realizando una acción en
beneficio de la comunidad y/o el entorno y queremos que más personas y
organizaciones se sumen a nuestra iniciativa.
Si en tu organización aún no se desarrolla ninguna actividad
de RSE quizás sea el momento de elaborar un plan para ello. Cuantifica la
inversión, alinea las actividades con la estrategia organizacional y convoca a
la acción. No es tarea fácil, pero todo el esfuerzo puede verse compensado
hasta con un simple “gracias!” de un desconocido que se vea beneficiado por la
ejecución de tu plan. Así mismo, la participación voluntaria de tus
colaboradores en actividades no relacionadas al trabajo, puede ayudar a
fortalecer relaciones que te permitan desarrollar equipos mejor coordinados,
con mejor comunicación interna y con mejores resultados.
Que las preguntas financieras no limiten las iniciativas de Responsabilidad
Social Empresarial, además, no son necesarias inversiones millonarias para
realizarlas. Lo que se necesita es voluntad y pasión.
#USGP #DriveForTheCure #JDRTF1Managing #CancerLeague
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